Los rastros de Eta-Iota a un año de la emergencia
“Recuerdo que hace un año, el 5 noviembre empezaron las lluvias que duraron todo el día y la noche; para la mañana del 6 de noviembre, recibimos la noticia de que en Palop había ocurrido un derrumbe y habían personas desaparecidas”.
Estos son los primeros recuerdos que Francisco (40), un padre de familia e integrante del Comité de Agua Potable para la comunidad de Salquil Grande, en Nebaj, Quiché, quien un año atrás sufrió junto a su familia de los embates de las tormentas tropicales Eta-Iota en Guatemala.
De un día para otro, los puentes habían sido destruidos, las cosechas se perdieron, algunas familias perdieron completamente sus hogares y otros debieron desplazarse junto a sus hijos buscando refugio en albergues y hogares de sus vecinos por temor a las inundaciones y deslaves.
“Mis hijos, al escuchar la noticia y ver que las personas corrían de un lado a otro, me preguntaban qué ocurría; yo no estaba seguro de qué responder, pues estaba muy sorprendido y todo fue inesperado; sin embargo, estoy muy agradecido porque mi familia logró estar a salvo” comenta Francisco.
Como en muchas de las comunidades del Quiché que fueron afectadas por el paso de las tormentas, la pérdida de los sistemas de agua también representó un problema grave, dejando en riesgo el bienestar y la salud de las niñas, niños y sus familias. Para Nicolás (63), un líder comunitario de Salquil, esto fue alarmante.
“Con tanta lluvia, los tubos del agua potable, todo había desaparecido. Lo único que podíamos hacer era juntar el agua de la lluvia; usando toneles y tambos esperábamos juntar algo para beber y estuvimos así por varias semanas”.
Ante esta emergencia, fue creado el proyecto RETOS de Save the Children, implementado con el apoyo de USAID y la Oficina de Respuesta Humanitaria del Gobierno de los Estados Unidos, cuyo objetivo fue el de brindar asistencia humanitaria a las familias afectadas por dichas tormentas, específicamente en los municipios de Nebaj, Chajul y Cotzál del Quiché.
Los esfuerzos se enfocaron en reducir la inseguridad alimentaria y apoyar el acceso al agua y saneamiento para la niñez y sus familias. La asistencia humanitaria, incluyó la rehabilitación de 26 sistemas de agua en la región Ixil, una acción que Nicolás reconoce como un beneficio importante para toda su comunidad.
“Cuando vinieron un año atrás, nuestra comunidad estaba destruida y no teníamos acceso al agua potable. Hoy, nos sentimos satisfechos y muy agradecidos con el programa, por el trabajo que hicieron acá; ahora las 1,400 familias que vivimos en esta área de Nebaj, tenemos agua segura” menciona Nicolás.
El apoyo de los líderes comunitarios y de toda la comunidad, quienes aportaron con mano de obra para la agilización del proceso, fue clave en la rehabilitación de los sistemas de agua.
“Nos tomó de 30 a 35 días completar el trabajo y ahora estamos muy satisfechos, porque el esfuerzo valió la pena. En las casas, los niños tienen acceso al agua limpia para bañarse, las madres pueden cocinar los alimentos con tranquilidad y también podemos lavar nuestras manos y la ropa sin problemas” comenta Francisco, quien ahora tiene la esperanza de que no vuelva a suceder algo parecido en el futuro.
Así mismo durante la emergencia tuvimos la oportunidad de apoyar a miles de niñas, niños, adolescentes y sus familias a través de las valiosas alianzas institucionales y corporativas con las que contamos en Save the Children.
¡Gracias a todos nuestros aliados quienes hicieron posible nuestra respuesta humanitaria!
Con este apoyo pudimos entregar:
- Libras de Avena Fortificada para albergues donada por REPINSA.
- Víveres para emergencia tales como agua pura y papel higiénico donados por Cámara de Industria de Guatemala.
- Satchets de Nutrilisto a niñas, niños y madres embarazadas en albergues donados por Listo+.
- Barras de jabón para emergencia sanitaria donadas por Colgate-Palmolive.
- Alcohol en Gel donado por la Fundación Miguel Torrebiarte de Sohanin.
- Botas con punta de acero para respuesta donadas por Grupo Coban.
- Cobijas para albergues donadas por la Arrocera Los Corrales.
Desde Save the Children, continuaremos haciendo todo lo necesario para proteger a los niños y niñas ante cualquier real o potencial peligro que aumente su vulnerabilidad y reduzca su potencial de desarrollo integral. Es importante reconocer a la niñez como partes interesadas, en igualdad de condiciones y agentes de cambio clave para la gestión de cualquier emergencia. Hoy, estamos juntos para decir: ¡La niñez, al centro de cualquier emergencia!